La segunda ola de contagios de Covid-19 afectó a toda la región latinoamericana a mediados del primer semestre de este año. Durante la última semana de abril, ¨la región acumuló alrededor del 35% de las muertes por covid-19 de todo el mundo, pese a contar sólo con el 8% de la población mundial¨, mencionó BBC Mundo.
En el mismo período, Brasil fue el segundo país del mundo en superar los 400.000 fallecidos. En marzo, Uruguay también elevó su curva de contagio que, llegando a mayo, trajo como consecuencia el mayor número de muertes por millón de habitantes.
En algunos países de la región, los números oficiales de casos y muertes por Covid-19 no coinciden con el real. Uno de los ejemplos es México, mientras la Secretaría de Salud informaba 201.429 fallecidos, el informe extraoficial titulado ¨Exceso de mortalidad¨ indicaba 294.287.
Otro caso similar se da en El Salvador, donde aseguraban que entre abril y agosto del 2020 habían fallecido 724 personas, pero sólo en 3 de los 11 hospitales del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) la cantidad de fallecidos duplicaba el dato oficial, alcanzando 1.234.
La nueva curva de contagios en Sudamérica es asociada por algunos a la variante identificada como Manaos, una cepa del virus que según informes preliminares es más contagiosa y puede evadir la inmunidad adquirida por una infección pasada.
Iniciado el mes de junio, la preocupación pasó a centrarse en Perú, donde se detectó la presencia de la variante Delta. Especialistas aseguran que una sola dosis de cualquiera de las vacunas aprobadas no basta para lograr la efectividad contra esta mutación del virus.

Las necesarias y urgentes medidas de confinamiento para evitar la propagación de los contagios se vio, en muchos países de la región, enfrentadas por la realidad económica. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) 158 millones de personas en América Latina y el Caribe trabajan en el sector informal, lo que representa al 54% del total de trabajadores de la región. Muchos tampoco cuentan con protección social ni derechos laborales.
Esta situación torna impensable el confinamiento sin ser acompañado de políticas económicas y sociales. Todos los Estados del mundo, no sólo en Latinoamérica, debieron efectuar medidas de apoyo monetario para poder hacer eficaz las restricciones de circulación.
En relación a esto, el jefe de la división fiscal del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Emilio Pineda, fue consultado por BBC Mundo sobre dónde destinaron sus recursos los países de esta región, a lo que respondió: ¨La mitad están destinados a garantías de préstamos a empresas y la otra mitad se divide entre gastos para atender la emergencia sanitaria, junto a la medida de apoyo de hogares y la liquidez de las empresas¨.
La economista Mónica de Bolle, investigadora del centro de estudios Peterson Institute for International Economics (PIIE) de Estados Unidos, indicó al mismo medio: ¨Muchos gobiernos de la región no tomaron las medidas para controlar la pandemia a tiempo, debido a la equivocada idea de proteger la economía. No hicieron lo correcto porque no entendieron desde un inicio que la pandemia y la economía van inextricablemente juntas¨.
Argentina fue uno de los pocos países sudamericanos que aplicó medidas estrictas de confinamiento, anunció ayudas económicas y limitó el número de casos y muertes durante la primera ola de contagio, pero hacia la segunda ola la población dejó los cuidados rigurosos contra el Covid-19, provocándose el colapso sanitario a mediados del primer semestre del 2021. En diálogo con BBC Mundo, la viróloga Alicia Cámara ¨culpa a la `desinfodemia´ y la histórica falta de inversión en educación y ciencia¨.

Las campañas de vacunación avanzan lento, salvo en Chile y Uruguay. Al mes pasado, según el Ministerio de Salud de Venezuela, ese país recibió 1,4 millones de dosis que sólo cubre al 2,3% de la población, en total son 30 millones de habitantes. En cambio, hasta la misma fecha, Chile obtuvo 70 dosis por cada 100 habitantes y Uruguay colocó al menos 1 dosis a la mitad de sus 3,5 millones de habitantes. A pesar de ello, ninguno registró un descenso de casos.
El Ministerio de Salud de Perú (MINSA) confirmó que recibirá más de 62 millones de dosis hasta fin de año, llegando así al total de la población, pero hasta el 11 de junio sólo un 14.10% de personas han recibido al menos una dosis. A nivel latinoamericano, según indica el gráfico realizado por Salud con Lupa, Perú es el cuarto país que menos avanzó en la vacunación hasta esa fecha, lo preceden Nicaragua (2,53%), Guatemala (2,83%) y Paraguay (4,60%).

Según BBC Mundo, la Organización Mundial de la Salud pidió al Colegio de México (COLMEX) que realice un informe sobre la situación de los países americanos. El resultado fue que Estados Unidos, Brasil, Colombia y México fueron los que peor la han afrontado. Identificaron enormes inequidades en los sistemas de salud y escaso acceso de las poblaciones más pobres a pruebas de detección, también hacinamiento en viviendas y necesidades de trasladarse en transporte público masivo.
Por: Carolina Novo





